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Una casa atrevida y escultural inmersa en los viñedos del norte de Italia, este lugar combina la arquitectura brutalista con un paisaje sereno y cinematográfico. Las ventanas del suelo al techo desdibujan la línea entre el interior y la naturaleza, dejando entrar una luz suave y amplias vistas del campo. En el interior, el minimalismo se combina con la calidez: las superficies de hormigón gris se compensan con muebles de roble hechos a medida y detalles metálicos. Las grandes puertas pivotantes, los suelos pulidos y la llamativa chimenea empotrada aportan una fuerte identidad visual, mientras que el comedor de madera en tonos cálidos y la moderna cocina introducen textura y calma. En el exterior, la piscina refleja el cielo como un espejo y la vegetación tropical proyecta sombras poéticas sobre las paredes sin tratar. Cada fotograma está compuesto y refinado, ideal para contar historias visuales tanto en movimiento como en movimiento.
Fotos de ELODIE CAVALLARO