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La combinación de tradición y modernidad es evidente en cada rincón de este sueño arquitectónico. Aunque la fachada de madera, de abeto cepillado, tiene elementos de un chalet de montaña tradicional, como corresponde a las montañas del Tirol del Sur, el tejado plano de cemento y la forma escultural lo convierten sin duda en un refugio minimalista.
Este hilo conductor continúa también en los interiores. Revestidos de abeto natural, los elementos individuales en forma de lazo resurgen en las paredes. El suelo de cemento gris piedra recuerda a las escarpadas montañas que rodean el hotel, y contrasta con los suaves tejidos y telas que dan a la casa cierta rusticidad.