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Impresionante ejemplo del modernismo berlinés de posguerra, este aparcamiento de hormigón en bruto adyacente al ICC capta el atrevido filo brutalista de la ciudad. Su fachada geométrica, los elementos estructurales expuestos y el rítmico juego de sombras y luces crean un telón de fondo cinematográfico para producciones que buscan una auténtica estética urbana. En el interior, el espacio se despliega en rampas escultóricas, columnas austeras y niveles amplios y abiertos que dan la sensación de ser monumentales e inquietantemente inmóviles a la vez, un escenario igualmente adecuado para rodajes de moda, thrillers o proyectos de arte conceptual.
Industrial, arquitectónico e inconfundiblemente berlinés.