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En Zúrich hay una villa. Con más de 100 años, es un hotel con un nuevo aspecto. En el jardín, abetos, un pequeño estanque y nenúfares Froebel. Al este, el Zurichberg; al oeste, el Seefeld. Sopla una brisa fresca. La plaza Bellevue, el corazón palpitante del centro de Zúrich, está a sólo unos minutos a pie. Abre la puerta, entra y le esperan. Por la hospitalidad familiar, el confort exclusivo y el estilo representativo.